El Banco Internacional de Pagos alerta sobre las consecuencias a nivel social de limitar el acceso al dinero en efectivo

En su último informe, el Banco Internacional de Pagos insiste en que es necesario reforzar la confianza en el efectivo y los bancos centrales se están comunicando activamente para instar a que se siga aceptando el efectivo, aunque algunos puedan también fomentar los pagos sin contacto.

Esta institución señala que en muchas de las economías de mercados emergentes y en desarrollo, donde las autoridades han pedido recientemente un mayor uso de los pagos digitales, el acceso a tales alternativas todaía está lejos de ser universal, por lo que sería un riesgo limitar el acceso al dinero en efectivo.

Apunta que los desarrollos futuros podrían acelerar el cambio hacia los pagos digitales. Esto podría abrir una brecha en el acceso a los instrumentos de pago y afectar negativamente a los usuarios mayores y no bancarizado, también denominados consumidores vulnerables.

Dentro de este “Consumidor Vulnerable”, que se vería afectado por estas medidas, se encuentran personas mayores, habitantes de zonas rurales o personas con escasos niveles de renta que no se pueden permitir tener una cuenta bancaria.

La pandemia de la COVID-19 ha avivado la preocupación de la sociedad por la posibilidad de que coronavirus pueda transmitirse a través del efectivo. Los estudios científicos señalan que la probabilidad de transmisión a través de los billetes es reducida en comparación con otros objetos que se tocan con frecuencia, como las terminales de tarjetas de crédito o los dispositivos de entrada de PIN.

El Banco Internacional de Pagos afirma que «Si el efectivo no se acepta generalmente como medio de pago, esto podría abrir una ‘brecha de pagos’ entre quienes tienen acceso a los pagos digitales y quienes no lo tienen. Esto, a su vez, podría tener un impacto especialmente severo en los consumidores mayores y no bancarizados. En muchas de las economías de mercados emergentes y en desarrollo donde las autoridades han pedido recientemente un mayor uso de los pagos digitales, el acceso a tales alternativas está lejos de ser universal. Esto podría seguir siendo un debate importante en el futuro, posiblemente pidiendo un fortalecimiento del papel del efectivo «.

A este respecto, APROSER también comparte las conclusiones de este informe. Para APROSER limitar el efectivo ralentiza la recuperación del comercio de proximidad, impacta en los colectivos más desfavorecidos y condiciona la libertad de aquellos ciudadanos que no quieren asumir los costes de contar con una tarjeta bancaria. En definitiva, dificultar el uso del efectivo significa optar por la progresiva eliminación del único medio de pago público y acelerar la completa privatización de este ámbito de actividad

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