Los vigilantes de seguridad privada, el primer cortafuegos frente al Covid-19

Los vigilantes de seguridad, unos 83.000 en toda España, dan la sensación de que están en un segundo plano respecto a los profesionales de la sanidad o las fuerzas de seguridad del Estado, que están recibiendo, y con razón, todos los parabienes de la sociedad a modo de cánticos o aplausos desde que se desató la pandemia.

Sin embargo, estos profesionales están como apartados, como si no fuera con ellos la cosa; sin reconocimientos públicos, pero que a nadie se le olvide: son los que también están en primera línea del fuego frente al Covid-19, comenzando por los propios complejos hospitalarios. «En realidad, somos los primeros cortafuegos que hay entre la sociedad y los centros en los que desempeñamos nuestras funciones», asegura en declaraciones a Diario Palentino Julio Escobar, jefe de la sección de Palencia de la empresa de seguridad privada Vasbe.

Vasbe es una de las empresas que opera en Palencia junto a Prosegur, Securitas o Eulen, que aglutinan a unos 200 profesionales repartidos por toda la provincia.

«Somos un sector complementario, colaborador o subordinado a las fuerzas de seguridad del Estado. Así nos han definido en numerosas ocasiones», explica Julio Escobar, quien recuerda que tras los últimos decretos esbozados por el Gobierno central por culpa de la pandemia del Covid-19 el sector de la vigilancia privada se encuentra supeditado a las directrices que dicta el Ministerio del Interior. El ámbito de actuación de los profesionales de la seguridad privada se centra en las labores de vigilancia y control de los grandes centros comerciales, residencias de ancianos, instituciones públicas, empresas, además de centros sanitarios y hospitalarios, entre otros.

«Tras decretarse el estado de alarma hubo cierta dificultad con la población en cuanto al mantenimiento de las distancias de seguridad para evitar los contagios o con los controles de acceso a los lugares públicos. Digamos que la gente no estaba concienciada pero, a medida que han transcurrido los días, la población ha ido adquiriendo los consejos y se ha hecho cargo de la situación en la que nos encontramos. En este sentido, creo que Palencia está ofreciendo un comportamiento ejemplar», reitera Escobar.

El jefe de sección de Vasbe en Palencia, en cualquier caso, insiste en que la sociedad, en general, todavía no sabe a ciencia cierta cuáles son las funciones de un profesional de seguridad privada: «En ocasiones hemos solicitado a una persona su identificación y es que en determinadas circunstancias tenemos la potestad de poder hacerlo. Por ejemplo, en el complejo hospitalario recogemos objetos, visionamos las cámaras de seguridad, vigilamos el aparcamiento de los vehículos y el interior de las instalaciones. De hecho, para que la gente se haga una idea, en Palencia pasan diariamente por el complejo hospitalario entre pacientes y acompañantes, además del personal, unas 8.000 personas, lo que equivale en términos de población a una de las localidades más grandes de la provincia».

Pese a la gravedad que exhala el coronavirus, Julio Escolar explica a este periódico que él y sus compañeros están acostumbrados a trabajar con los protocolos: «Antes del estallido de la pandemia, en numerosas ocasiones hemos tenido que seguir las directrices encomendadas con pacientes que sufren determinadas patologías, así que ahora este asunto no nos ha cogido de improviso». Para acceder al título de vigilante de seguridad privada los aspirantes deben someterse a un examen teórico y otro de pruebas físicas que determina el Ministerio del Interior.

FuenteDiario Palentino

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