Impacto COVID-19 en el Sector de la Seguridad Privada

Las empresas de APROSER dedicadas al transporte de fondos han realizado durante el tercer trimestre del año 2020 un 19,7% menos de paradas para la entrega y retirada de efectivo en comparación con el mismo período del año 2019. Teniendo en cuenta los incrementos interanuales de facturación experimentados a principios de este año, el efecto global de la pandemia ha llegado a representar una reducción del 22%. Además, si se considera la disminución del importe facturado por parada, la repercusión en la actividad de las empresas de gestión del efectivo ha llegado a superar ampliamente una merma del 50% de sus cifras de negocio durante el segundo trimestre y del 25% durante el tercer trimestre.

En lógica consonancia con la situación de confinamiento en general, y con las poco acertadas medidas sanitarias referidas al uso del efectivo en particular adoptadas por las autoridades competentes, y el dramático descenso de la actividad en las áreas turísticas, el número de paradas llevadas a cabo en agosto fueron un 9,8% inferiores a las del mes de julio. Desgraciadamente, la segunda ola de la pandemia permite aventurar resultados igualmente negativos durante el cuarto trimestre de 2020.

Los datos de la actividad de vigilancia también representan una disminución en los volúmenes de actividad de las empresas asociadas en términos interanuales corregidos con los niveles de crecimiento orgánico experimentados en el mes de enero. Unos datos que, tras la ligera recuperación del mes de julio, al inicio del período de nueva normalidad, han vuelto a empeorar situándose en términos interanuales negativos crecientes.

Los servicios adicionales prestados en tareas fundamentales para el control de la pandemia como, por ejemplo, en supermercados u hospitales, no compensaron en absoluto la importante afectación en otros ámbitos, como, por ejemplo, el aeroportuario, y por el contrario, la directa correlación de los niveles de facturación del sector con la actividad económica general permiten aventurar algunos efectos de segunda ronda, característicos de otras crisis precedentes.

El impacto de la pandemia en la facturación prevista de las empresas de APROSER sigue representando en junio una disminución del 8,9% sobre el número de horas realmente prestadas. Los efectos de segunda ronda, derivados de la correlación con retraso de los niveles de actividad del sector con el conjunto de la economía, llevan a pensar en una muy lenta reducción de este diferencial a corto y medio plazo.

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