Aproser volverá a solicitar a los Órganos Reguladores que se considere la gestión que posibilite y facilite el uso del efectivo como infraestructura crítica

Madrid, 30 de abril de 2025.

Tras un apagón masivo el lunes 28 de abril que paralizó sistemas eléctricos y digitales en toda España, Aproser sigue insistiendo en considerar el efectivo como infraestructura crítica. Durante este incidente, millones de personas quedaron sin acceso a pagos digitales y bancarios, convirtiéndose el dinero físico en la única forma viable para adquirir bienes y servicios esenciales.

Vulnerabilidad del sistema digital

Este ha sido el tercer gran apagón reciente, aunque con un impacto sin precedentes. En todos los casos, solo quienes tenían efectivo pudieron realizar transacciones. Aproser destaca que este tipo de sucesos evidencia la fragilidad del ecosistema digital, subrayando la necesidad de una solución física robusta, independiente de la electricidad y de internet.

Recomendaciones de Aproser

Aproser propone varias medidas urgentes: Diseñar e implantar un sistema nacional de efectivo que asegure su distribución y disponibilidad continua, reforzar la red de cajeros automáticos, sobre todo en áreas rurales o con escasa presencia bancaria, y promover campañas de concienciación ciudadana sobre la necesidad del efectivo como medio “complementario” de pago, junto con otros sistemas electrónicos existentes, que intentan convertirse en sistemas “alternativos” y excluyentes, forzando sistemáticamente la desaparición de este medio de pago en soporte fisico.

Asimismo, sigue recomendando a la población mantener una pequeña reserva de dinero en metálico, de disposición inmediata, como medida preventiva ante nuevas situaciones de este tipo, como las más recientes (Covid, Filomena, Dana…).

El efectivo como pilar estratégico

Según Aproser y la Plataforma Denaria, el dinero físico es esencial para la seguridad nacional y representa un derecho ciudadano que debe garantizarse en todo momento. Ambas Organizaciones insisten en que lo ocurrido debe marcar ya un punto de inflexión en la política monetaria, promoviendo el blindaje del efectivo como herramienta de resiliencia económica y social.

En España, las infraestructuras críticas son aquellas que resultan esenciales para el mantenimiento de funciones vitales de la sociedad, la salud, la seguridad y el bienestar económico y social. Actualmente, se consideran infraestructuras críticas sectores como:

  • Energía (electricidad, gas, petróleo)
  • Transporte (carreteras, ferrocarriles, aeropuertos, puertos)
  • Agua (abastecimiento y saneamiento)
  • Tecnologías de la información y las comunicaciones (internet, telecomunicaciones)
  • Sector financiero (bancos, mercados de valores)
  • Salud (hospitales, servicios de emergencia)
  • Seguridad pública (policía, servicios de bomberos)
  • Alimentación (producción, distribución y venta de alimentos)
  • Sector químico y nuclear
  • Gobierno (servicios esenciales del Estado)

Por qué el efectivo debe ser considerado infraestructura crítica

El efectivo cumple funciones esenciales similares a las de otros servicios críticos, garantizando el acceso a bienes y servicios básicos incluso cuando fallan los sistemas digitales y energéticos. Su disponibilidad es crucial en situaciones de emergencia, como apagones, ciberataques o catástrofes naturales, donde los pagos electrónicos no son operativos.

Defensa del derecho a usar efectivo

Aproser remarca que el uso del efectivo respalda derechos fundamentales y está protegido legalmente, y que limitarlo pone en riesgo la libertad de elección (protegiendo a los sectores más vulnerables de la población), la privacidad financiera y la estabilidad del sistema económico.

Percepción del ciudadano

El apagón eléctrico masivo que dejó sin luz ni conexión a internet a millones de personas en España y Portugal impidió los pagos a través de tarjetas de crédito, débito o cualquier otro medio electrónico. Ello ha puesto en evidencia la importancia del dinero en efectivo ante una eventualidad como la acontecida el pasado lunes. Sin embargo, antes de este suceso, un gran número de españoles consideraba como una preocupación el cada vez menos uso de «cash». Así lo evidencia los resultados de la IV edición del Estudio «Percepción y hábitos de los españoles respecto al sector bancario», realizado por Nickel, después de la tragedia provocada por la DANA. El análisis muestra que nueve de cada diez encuestados ya advertían del papel esencial del efectivo en situaciones de emergencia.
Ante la pregunta sobre las ventajas del efectivo frente a la tarjeta, el 58,5% destacó el efectivo como la mejor opción para protegerse de potenciales caídas del sistema o ciberataques. Una cifra que pone de manifiesto la alta conciencia social sobre los límites de la digitalización total y la necesidad de contar con medios de pago alternativos ante posibles fallos o incidentes.
En este contexto, el estudio también recoge la opinión de los españoles sobre el papel del efectivo en el contexto de apagones digitales como el que acabamos de vivir: el 53% considera que el efectivo es esencial cuando no hay acceso a internet o los sistemas digitales fallan; un 26% valora su utilidad para afrontar gastos básicos cuando no funcionan otros medios de pago; y un 17% destaca que aporta tranquilidad y seguridad ante la incertidumbre. Solamente un 4% confía exclusivamente en los servicios digitales en este tipo de situaciones.
Estos datos son una prueba de una percepción generalizada de cierta fragilidad frente a una excesiva dependencia de lo digital.
El análisis por edades refuerza aún más esta conclusión. Entre los mayores de 65 años, un 69% considera que el efectivo es esencial en situaciones de emergencia, frente al 53% de media nacional. Una visión práctica basada en la experiencia que confirma el papel del efectivo como salvavidas en momentos críticos. Por otro lado, los jóvenes de entre 18 y 30 años, aunque utilicen el efectivo en menor medida, muestran una alta conciencia sobre su utilidad. El 74% lo considera la mejor opción para protegerse frente a caídas del sistema o ciberataques.

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